La contaminación es la consecuencia de habernos liberado de algo que nos estorbó: de aquel papel que no arrojamos a la basura; de aquella llanta quemada que ya no nos era útil; de ese arrollo que utilizamos cuando queríamos deshacernos de todos los químicos y suciedades que nos tenían intranquilos. Esas incomodas “pequeñeces” se han convertido en un, no tan “pequeño”, problema de contaminación. Siendo el hombre el culpable de la contaminación del medio ambiente, es también su única esperanza.
El hombre es el único ser con la capacidad de razonar y discutir situaciones, para diseñar y ejecutar proyectos que aporten a la solución de la contaminación. La preparación conceptual del hombre le permite hacer frente a situaciones sociales y ambientales.
Recordemos que en Estocolmo, el mundo declaró: “El hombre es a la vez creador y moldeador de este medio ambiente, que le ofrece sustento físico y le brinda la oportunidad de crecimiento intelectual, moral, social y espiritual. En la larga y tortuosa evolución de la raza humana sobre este planeta se ha alcanzado un estado en que, a través de la rápida aceleración de la ciencia y la tecnología, el hombre ha adquirido el poder de transformar su medio ambiente de incontables maneras y en una escala sin precedentes. Ambos aspectos del medio ambiente humano – el ambiente natural y el ambiente fabricado por el hombre – son esenciales para su bienestar y para el disfrute de los derechos humanos básicos, el derecho a la vida misma.”
Hoy, 30 años más tarde, tenemos menos peces en los mares, más dióxido de carbono emitido a la atmósfera, más desertificación, más erosión de los suelos y la extinción de un número cada vez mayor de especies.
Nuestro modelo de desarrollo mismo es puesto en duda diariamente por el ecosistema de la Tierra del cual depende toda vida y toda actividad económica.
LEYNEKER ANGULO S.
No hay comentarios:
Publicar un comentario